viernes, 13 de enero de 2012

Alberto Thompson Valero

(Un primer acercamiento a la vida del Fundador del Escultismo en Poza Rica)

“Vamos a hacer patria”
Arturo Cuyás Armengol

Alberto Agustín Thompson Valero es el primogénito de la familia formada por el sonorense Alberto Thompson Fontes, mecánico especialista educado en el trabajo, y la capitalina Esperanza Valero Sánchez. Ve la luz por primera vez el 13 de agosto de 1931. Al igual que él, sus hermanos José Ernesto, Sergio Alfredo y José Jaime, nacen y pasan sus primeros en la Ciudad de México, en Morelos 10, cerca de Calzada de los Misterios, a unos pasos de la Basílica de Guadalupe.
Con el auge de la industria en el país, su padre es contratado para la instalación y operación de equipos mecánicos en diferentes industrias. Debido a ello los hermanos Thompson Valero crecen en un constante cambio de residencia. Su adolescencia transcurre entre La Huaracha, Michoacán, Ciudad Victoria, Tamaulipas y el Pajal, Tamuín y Ciudad Valles, San Luis Potosí.
Es en esta última, donde animados por unos amigos provenientes de Monterrey, Nuevo León, se integran al Grupo 1 de Scouts de Ciudad Valles. Esto ocurre alrededor de 1947 y 1948.
Los hermanos Thompson comparten un rasgo característico que prácticamente todos los scouts del mundo tienen en común con B-P. La inquietud por el contacto con la naturaleza. Alberto y Ernesto tienen un gusto especial por la biología, principalmente por la observación de los animales, lo que les lleva a estar acompañados desde siempre de una gran variedad de mascotas, que van desde perros y gatos, hasta iguanas, serpientes, aves e incluso un macho cabrío, que fue regalado a Don Alberto para convertirse en comida, pero adoptado por los chicos.
Esta afición se convierte con el tiempo en un gusto por la cacería y la taxidermia, técnica-arte que aprenden gracias a un curso por correspondencia que reciben mensualmente desde Canadá. En aquel entonces los hermanos no dominan el idioma inglés, por lo que es su amigo José Sulaimán Chagnón, a quien conocen en su escuela en Ciudad Victoria.
El trabajo de su padre nuevamente exige a cambiar de residencia, por lo que dejan su grupo scout en Ciudad Valles. El 7 de noviembre de 1949, la familia Thompson Valero arriba (sin Ernesto debido a compromisos estudiantiles) al campo petrolero de Poza Rica, entonces perteneciente al municipio de Coatzintla, donde Don Alberto fue contratado como maestro mecánico para el departamento de combustión interna de Petróleos Mexicanos.
 Alberto trae consigo la inquietud de continuar con la formación escultista. En Poza Rica encuentra un campo fértil para esta actividad, pues cientos de adolescentes, hijos de los obreros que llegan a trabajar en la industria petrolera, están ávidos de tener actividades propias para su edad.
Junto a Sergio y Jaime reúne a un grupo de muchachos de su edad e inicia las reuniones scouts en su casa, dentro de la cuartería del Sr. Quezada, ubicada en Panamá 2, Col. Jaime J. Merino (hoy 27 de Septiembre). Es éste el nacimiento del escultismo. Alberto, con la inquietud que le caracteriza divide su tiempo para estudiar la preparatoria, en el colegio Salvador Díaz Mirón, trabajar en la paraestatal, dirigir el recién formado grupo scout y practicar sus dos grandes pasatiempos, la taxidermia y la radio de onda corta, su banda de frecuencia es la 2XEZV. Por este medio la familia se comunica a diario con Ernesto, quien para entonces estudia en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
Su entusiasmo y capacidad de convocatoria, llevan a Alberto a conformar un grupo fuerte de muchachos y otro igualmente poderoso de miembros de la sociedad que deciden apoyar el movimiento escultista, entre ellos Raúl Gibb Quintero, Simón Villegas y el sacerdote Guillermo Vogues, quienes desde sus actividades profesionales se suman al esfuerzo.
En 1950 debido a los descuidos en el manejo de las sustancias tóxicas utilizadas para la disección de pieles conllevan una intoxicación por arsénico en ambos hermanos. Debido a ello Ernesto tuvo una parálisis parcial en su flanco derecho. Sin embargo Alberto queda imposibilitado para realizar cualquier movimiento voluntario en todo el cuerpo.
A pesar del estado de salud de Alberto, el trabajo escultista no se detiene. Las anécdotas cuentan que son los muchachos quienes lo ayudan a sentarse en una silla en su mesa del comedor, desde ahí dirige las reuniones. También se cuenta que incluso para asistir a algunas excursiones y campamentos, los muchachos llevan a cuestas a su Jefe, lo importante era continuar con el trabajo.
Esta actitud lo lleva a consolidar a Poza Rica como un distrito scout en apenas 5 años, dado a la formación de grupos en los pueblos vecinos, tales como Papantla, Gutiérrez Zamora, Cerro Azul y Tuxpan.
Su trabajo de recuperación tarda 4 años, entre 1950 y 1953, periodo en el que es atendido por los médicos Armando Kirsch y Rafael Lamothe, quienes en un diagnóstico conjunto lo tratan con complejo B y electroterapia, el primero para ayudar a la recuperación de los músculos en el nivel celular, el segundo para estimular el movimiento.
Aunque logra recuperarse completamente a raíz de este padecimiento le queda atrofia en los músculos de las piernas y un cansancio crónico que lo acompañarían el resto de su vida.
Alberto dirigió el grupo de scouts durante más de una década, hasta el año 1962, año en que regresa al Distrito Federal, para trabajar en las fábricas papeleras de Loreto y Peña Pobre, propiedad de la familia Lenz.
Su vida scout continuó en la capital del país, junto con su esposa Magdalena y sus hijos Carlos Alberto, Federico y Verónica.
El jefe Alberto Thompson nunca murió. Pero su corazón dejó de latir el 16 de mayo de 1996.

*Fuente: José Ernesto Thompson Valero.

Ramón Rosas Caro
Patrulla Pumas 1991-1996
G-1 Poza Rica
unsilbatazo@gmail.com

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