viernes, 6 de enero de 2012

Un silbatazo en la oscuridad

“El Scout deja un mundo mejor que el que encontró”
Lord Robert S. S. Baden-Powell

La oscuridad es en sí el momento de la creación. Es femenina, por tanto es madre. Los seres de luz brillan porque de nacen ella.
El concierto de grillos y ranas de la ciénaga es opacado por el sonido agudo del silbato de la maquinita. Es la locomotora de la vía Decauville Cobos-Furberos, parte en dos ese paraíso tropical al que Federico Hernández Hernández ha cantado. Es 16 de septiembre de 1908, justo en el aniversario 98 de la independencia de México, una máquina inglesa en territorio nacional marca el inicio de una historia.
Veinticuatro años más tarde, el 20 de diciembre de 1932 nace la comunidad de Poza Rica con la llegada del campamento de la compañía petrolera El Águila.
De noche la oscuridad absoluta del trópico protege a los trabajadores que se instalan en torno a las instalaciones petroleras. El silencio de Kasitsni, Diosa creadora de los totonacos, es roto solamente por sus hijos predilectos, el búho y el coyote. Hasta que una mañana otro silbido cambia este ritual para siempre.
La vida nace con el sonido del silbato de Pemex, todos los días con el alba. Al terminar la jornada otro pitazo anuncia que ha llegado la hora de descansar, justo antes del crepúsculo.
Diecisiete años más tarde, en noviembre de 1949 se oye por primera vez en el campo petrolero el grave-agudo del silbato scout. Es el llamado para la juventudo del Jefe Alberto Thompson Valero. La generación cero de pozarricenses con ímpetu y la alegría, está lista para construir su hogar.


Ramón Rosas Caro
Patrulla Pumas 1991-1996
G-1 Poza Rica
unsilbatazo@gmail.com

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