(Una entrevista con el Dr. Julio César Rosas)
“Todos los acontecimientos de tu vida están ahí porque los has convocado”
Richard Bach
El escultismo es una enseñanza para la vida. Dota a los niños y jóvenes que lo juegan de herramientas que le servirán para el futuro profesional y ciudadano. Es además una oportunidad de convivencia en el que una persona llega a conocer a quienes serán sus mejores amigos. Así lo piensa Julio César Rosas Caro.
Doctor en ciencias en ingeniería eléctrica por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Estudió en la Michigan State University. Actualmente se desempeña como profesor investigador del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero, donde imparte cátedra en la maestría en ingeniería eléctrica y dirige investigación en el área de electrónica de potencia. También es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Cuenta además con un récord peculiar, ya estudia licenciatura, maestría y doctorado en sólo 8 años, todo con nivel de excelencia, algo que normalmente se logra en 10. Fue Premio Nacional de Creatividad. Publica en distintas revistas científicas en el nivel internacional y ha sido invitado a impartir conferencias en Estados Unidos, Italia y Grecia.
Durante su adolescencia forma parte del equipo de atletismo de Poza Rica como lanzador y velocista, más tarde representa a Tamaulipas como decatleta. En algún momento también practicó fisicoconstructivismo y tae kwon do. Incluso en la actualidad hace deporte regularmente.
Nace en el seno de una familia de clase trabajadora en Poza Rica el 1 de junio de 1982, es hijo de Ramón Rosas García y Julia Caro Benavides, miembros de la primera generación de pozarricenses. Practica el escultismo desde los 9 años. Realiza su promesa en el invierno de 1991, bajo una lluvia torrencial, presagio de la abundancia con que sería bendecido y el ímpetu de su personalidad.
A sus 29 años el investigador más productivo de Tamaulipas comparte sus experiencias en el escultismo.
-¿De dónde viene Julio César Rosas Caro?
Soy de Poza Rica. Estudié en la Escuela Primaria Art. 123 María Enriqueta, en la Escuela Secundaria General Gral. Heriberto Jara Corona y en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios No. 78.
Recibe su insignia Seeone en 1992 |
Ya la carrera la hice fuera, estudié en ingeniería electrónica y sistemas digitales en el Instituto Tecnológico de Ciudad Madero, ahí mismo cursé la maestría en ciencias en ingeniería eléctrica. Mi doctorado lo realicé en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, campus Guadalajara, también tuve una estancia de 1 año en la Universidad Estatal de Míchigan.
-¿Cómo llegas al escultismo?
Teníamos un vecino que pertenecía al grupo 1 de Poza Rica, nos invitó a varios chicos de la cuadra y así fue como llegamos mi hermano y yo, en 1991. Entré a la manada de lobatos, estuve en la seisena amarilla. Luego en la tropa de scouts pasé por la patrulla Pumas, en la tropa de expedicionarios fui guía de la patrulla vikingos y llegué al clan.
-¿Cómo fue tu paso por la manada de lobatos?
Mi experiencia en la manada de lobatos fue muy bonita. Uno se forma una conducta. En mi caso antes de la manada nunca había sentido esa disciplina de tener deberes y guardar un comportamiento basado en normas.
-¿Y por la tropa?
Fue la continuación de esa disciplina de una vida basada en reglas. Además viví una gran convivencia. En la tropa hice mis mejores amigos scouts, de hecho mis mejores amigos de la infancia son scouts, con ellos compartí un periodo más largo que por ejemplo con mis amigos de la secundaria o de la preparatoria con quienes sólo estuve 3 años.
-¿Qué hay acerca del clan de rovers?
El clan fue una completa integración de los principios que ya había adquirido para la vida diaria. Y bueno, cuando uno se toma en serio la formación de los scouts la vida toma otro sentido, porque uno se responsabiliza realmente del desarrollo de su vida.
-¿Qué herramientas consideras que te dio el escultismo para tu formación académica?
Varias, pero la más interesante creo que fue la experiencia de las realización de las especialidades (competencias), porque era una serie de retos que se te presentaban y nadie te decía qué día ni a qué hora los tenías que hacer, es más, ni siquiera había alguien que te dijera si lo tenías que hacer, simplemente la voluntad te dicta hacerlos. Yo creo que esta experiencia es muy importante para la vida adulta, porque uno mismo es responsable de plantear sus metas, de hacer un plan para conseguirlas y de asegurarse que ese plan se lleve al cabo.
-¿Qué te aportó el escultismo para tu formación profesional?
Es parte de lo mismo. Bueno, no sé si lo vea así porque mi profesión es en gran parte la vida académica. Pero en cualquier caso creo que lo más importante es que mi formación scout me hizo responsable de mí mismo.
-Pasaste por todas las secciones, tuviste muchos jefes frente a ti, pero todos los scouts siempre guardamos en la memoria a un jefe en particular ¿en tu caso quién es el jefe a quién más recuerdas o de quien guardas alguna enseñanza en especial?
Todos los recuerdos de mis jefes son muy bonitos, todos me dejaron enseñanzas. Aunque fíjate que a veces me encontré con que algunos de mis jefes, ahora lo veo así, quizá se sentían confundidos también. Cuando uno es niño piensa que los adultos siempre saben qué hacer pero cuando uno se convierte en hombre se da cuenta que no es así.
Ahora que mis mejores recuerdos son de Beto Lima (Alberto Lima Juárez), siento que es el mejor jefe que tuve. Además también es con quien guardo una amistad muy bonita incluso hasta la fecha.
-¿Cuál es la vivencia scout que marcó tu vida?
Haber sido guía. Aunque sea un juego estar al frente de un grupo de chicos ayuda a desarrollar habilidades de liderazgo.
Cuando uno es adulto nadie y te dice lo que tienes que hacer, la experiencia de haber estado frente a un grupo de personas de su misma edad le facilita el tomar decisiones como un líder.
-Cuando se es scout siempre hay otro scout en los momentos importantes de la vida, ¿fuera del hogar, cuál fue el momento que más recuerdas y quién(es) fue(ron) el(los) scouts que estuvieron contigo?
En aquel momento no lo consideré importante, pero ahora me doy cuenta que de lo contrario. Fue cuando tuve mi primer trabajo, era una labor muy modesta, y pesada, tal vez uno de los peores oficios que he realizado (checador de actividades en la construcción de una carretera). El hecho de haber tenido un jefe que no era mi padre ni mi maestro, y además verlo como un ser humano, fue un momento muy decisivo porque me mostró cómo era la vida más allá del núcleo familiar y del hogar.
Ingreso al clan de rovers en 2000, Donají Alfaro (JG) le da la bienvenida |
En ese momento estuvieron a mi lado dos scouts que han estado conmigo en otros momentos de mi vida, Pablo Javier Andrade González y mi hermano, Ramón.
-¿Qué opinas del escultismo?
Es una buena formación para los chicos. Creo que todos los niños debieran ser scouts en algún momento de sus vidas.
-Viviste el escultismo en tu momento ¿qué consejo te gustaría compartir con los muchachos scouts actuales?
Recordarles que la literatura scout está disponible. Que la tomen y la lleven a cabo sin que nadie se los exija les va a dejar grandes beneficios en su vida.
Recordarles que la literatura scout está disponible. Que la tomen y la lleven a cabo sin que nadie se los exija les va a dejar grandes beneficios en su vida.
Ramón Rosas Caro
Patrulla Pumas 1991-1996
G-1 Poza Rica
Mi muy estimado amigo y hermano Julio. donde quiera que estes, que Dios te siga colmando de bendiciones. felicidades por tus logros y tus ambiciosas metas, ojalá pudieramos tenerte en persona para que proyectaras un poco de ese espiritu de luchados a los actuales scouts activos. aprender para compartir...
ResponderEliminarsaludos.
Gabriel Solís