viernes, 24 de febrero de 2012

Mi entusiasmo por la vida


(Una entrevista con Jorge Herrera Madrigal)

“Cuando las expectativas de uno son reducidas a cero, realmente aprecia todo lo que tiene”
Stephen Hawking

Un hombre de sonrisa dispuesta. Delgado, moreno, de cabello corto, negro, crespo, bigote abundante, con los ojos muy abiertos. Camina con dificultad pero sin lentitud. Rápidamente notamos que tiene semiparalizado su flanco derecho. Aún así nos saluda risueño y avanza junto a la tropa. Perfectamente bien uniformado, aún sin la pañoleta café con franjas azules y verde y la flor de lis dorada en la nuca que lo identificaría como miembro del grupo 10 de Poza Rica, pero los muchachos a su cargo me explican que era su sub-jefe de Tropa.

Es 1992, año en que conozco a Jorge Herrera Madrigal. Nace en 1960, miembro de la segunda generación de pozarricenses, proviene de una familia petrolera. Su abuelo, Guadalupe Madrigal, es quien idea, diseña, gestiona y construye el Parque de las Américas, por lo que se le recuerda como un promotor del desarrollo de Poza Rica.

A los 3 meses es aquejado por meningitis, una enfermedad que ataca al sistema nervioso central, que le ocasiona parálisis cerebral y con ello limita los movimientos voluntarios de la parte derecha de su cuerpo.

En un rally de ciudad del Distrito Poza Rica, con muchachos
de los grupos 1, 4 y 10, en 1993
Sin embargo esta situación no lo detiene, en 20 años ininterrumpidos en el escultismo ha trabajado para la juventud pozarricense, al ocupar cargos dentro del Grupo 10 tales como jefe y subjefe de tropa de scouts, comunidad de caminantes, tesorero y jefe de grupo. Además es vocal del grupo Superación A.C., voluntario en el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón de esta ciudad y es uno de los impulsores de las dinámicas parroquiales de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.

Actualmente se dedica a la fotografía en eventos sociales y a la distribución de ropa por catálogo. Pero su trabajo más importante, dicho en sus propias palabras, es transmitir a los jóvenes su alegría de vivir.

-¿Cuándo y dónde naciste?

El 16 de diciembre de 1960. En Poza Rica. Soy hijo de Sabás Herrera Araiza y Arabella Madrigal García, tengo seis hermanos, Alejandro, Sabás, Enrique, Carlos, María Irene y Guadalupe Arabella, yo soy el menor.

-¿Dónde estudiaste?

El primer año de primaria en la Ciudad de México, en una escuela de educación especial, pero a partir de segundo me vine a Poza Rica, en una escuela que ya no existe. Me regresaron porque se dieron cuenta que mi problema es solamente físico, de la mente soy totalmente normal. Pero estudié hasta secundaria, en la Ignacio Manuel Altamirano, ya después no pude porque me era muy difícil comunicarme. Hace 20 años, ya adulto, estudié computación.

-¿Cuándo conociste el escultismo?

Hace como 40 años, pero nunca me acerqué a ningún grupo por mi condición física. Pensaba que no podía hacer actividades. Pero un día, el 2 de noviembre de 1991, asistí a una caminata de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús al panteón de la Santísima Trinidad, a la que también asistió el Grupo 10. Ahí se me acercó el Jefe de Grupo José Roberto Ramírez, y me invitó a integrarme. Así inicié en el escultismo.
Con la Comunidad de Caminates de co-dirije actualmente
Desde entonces he sido Subjefe de tropa, Jefe de tropa, Tesorero de Grupo, Jefe de Grupo, Jefe de Comunidad y ahora Subjefe de comunidad.

-¿Qué ha significado el escultismo en tu vida?

Es como mi segunda familia. Ahí encontré amigos que son mis hermanos. Además he ido superando mis temores.
En el escultismo aprendí que valgo mucho como persona.

-¿Recuerdas cuándo hiciste tu promesa?

El 22 de mayo de 1992. Fue después de una actividad de grupo que yo organicé, esa fue mi prueba. Ahí estuvieron mis papás, se emocionaron mucho, hasta las lágrimas.

-¿Cómo ha sido tu relación con los scouts?

Muy buena, como te decía, es mi segunda familia.

-Recuerdo que te conocí en tu época de Sub-jefe de tropa, hace 20 años.

Yo también, de hecho los conocía a todos.

-eso fue algo me siempre me llamó mucho la atención, que nos conocías incluso a los que no éramos de tu grupo

Sí, de hecho los saludaba a todos, en la calle, o donde me los encontrara. También todos me saludaban a mí.

En una colecta de víveres para los damnificados de las
inundaciones de Tabasco, con miembros de los grupos
1, 2 y 10 de Poza Rica, año 2007
-también recuerdo que siempre te vimos como uno igual a nosotros, quiero decir, sin trato preferencial

Bueno, no podía participar con ustedes en algunos juegos. Pero en todo lo demás, siempre fui como uno más, igual iba a las excursiones, los campamentos, los servicios, cargaba mi mochila, todo normal.

-Cuéntame cómo fue tu paso por la jefatura de grupo

Muy breve, estuve menos de un año. Pero no me gustaría repetir. Prefiero trabajar con muchachos que con adultos.

-Pasemos a otro tema, ¿sé que participas con el Grupo Superación Discapacitados de Poza Rica A.C.?

Sí, actualmente soy vocal. De hecho yo conocí a Joel (García Cobos, presidente) cuando aún caminaba, se fue a Monterrey a estudiar diseño, pero tuvo una enfermedad progresiva que poco a poco lo ha dejado sin movimiento. Pero tiempo después volvió a estudiar, yo estuve en su graduación, fuimos con él hasta allá para acompañarlo.

Con su grupo de dinámica juvenil, Parroquia del Sagrado
Corazón de Jesús, año 2012
­-Sé también que eres miembro activo de la dinámica parroquial de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús

Sí, fui uno de los fundadores, en junio hará 14 años que vinieron de Puerto Rico a darnos una dinámica, el Padre nos dijo que quería que formáramos una con los chavos de aquí, y también en eso estamos.

Y bueno, también soy voluntario en el CRIT.

-De vuelta al tema de tu vida dentro del grupo scout, ¿qué has aprendido de los muchachos?

Jorge y algunas de sus Caminantes
Mucho, pero creo que lo más importante es que he aprendido a valorar las cosas que tienen en casa.

-¿Qué te gustaría dejarles como enseñanza a ellos?

Mi entusiasmo por la vida.


Ramón Rosas Caro
Patrulla Pumas 1991-1996
G-1 Poza Rica

viernes, 17 de febrero de 2012

Guidismo-escultismo, una forma de ver la vida

(Una entrevista con Donají Alfaro)

“Es importante recordar que todos tenemos dentro de nosotros la magia”
Joanne Kathleen Rowling

Nacida en el seno de una familia escultista, conoce esta actividad desde el vientre materno. No concibe otro modo de ver la vida sino a través del escultismo. Claudia Donají Alfaro Argentin, actualmente Jefa de Comunidad de Caminantes en el Grupo 2 de Poza Rica, antes es Jefa de Grupo y dirige la Tropa de Expedicionarios del Grupo 1 de esta misma ciudad.
Comienza su vida scout en el Guidismo. Hija de Salvador Alfaro Esquivel, oriundo de Uruapan, Michoacán, quien fuera dirigente scout en la Ciudad de México, y de María Guadalupe Argentin Barajas, de Paracho, fundadora del Distrito Villa en esa misma ciudad. Es la menor de 5 hermanos, todos con vida scout y guía.
Sus primeros pasos los da en el campo escuela, cuando acompaña a sus padres y hermanos a las juntas sabatinas. Crece dentro de su compañía guía, con un breve paso por los primeros experimentos de secciones femeninas en los grupos scouts. Hoy sus hijos, Christopher, Salvador y Joseph, continúan con la tradición escultista.
Maestra de yoga de profesión, ha sabido conjugar su actividad profesional con el escultismo, el hogar y el trabajo de ser madre, para el que no existen manuales ni líneas de balizamiento.
Su vida ha dado vuelcos importantes, lo que la ha llevado a vivir en distintas partes del país, desde su natal Distrito Federal. Entonces las enseñanzas del escultismo han salido a flote.
Donají y su padre
-¿Cuáles son tus orígenes?
Mi papá, Salvador Alfaro Esquivel, era de Uruapan, y mi mamá, María Guadalupe Argentin Barajas, de Paracho. Tengo cuatro hermanos, Jorge, María Esther, Sergio y Patricia, yo nací 9 años después, todos somos de la Ciudad de México.
Mi padre llegó al DF para estudiar Ingeniería Mecánica y Eléctrica en el Instituto Politécnico Nacional, en una circunstancia difícil, porque cuando salió de su casa mi abuelo sólo le dio la bendición porque no tenía forma de apoyarlo, entonces fue complicado para él estudiar, sin embargo terminó y puso un taller, hizo su vida de ello.

Con sus compañeras guías en un
campamento elevado

Mi madre se dedicaba al hogar, no se acostumbraba otra cosa en aquellos tiempos. Pero como buena madre y ama de casa, vendía ropa, cosas y daba clases de yoga, de ahí se acompletaba y fue por ella mi primer acercamiento con esa disciplina.
  -¿Cómo llegas a las Guías?
Pues desde el vientre materno. Mis padres llegaron al escultismo como papás scouts. Llevaron a mis hermanos a la manada y a mis hermanas a las haditas, en aquel entonces yo todavía no había nacido.
Después se involucraron y fueron dirigentes. Mi madre fundó el Distrito Villa (Ciudad de México). Nos reuníamos en la Colonia Linda Vista.
Ir a los scouts se convirtió en una actividad familiar. Cuando yo nací ya era parte de una rutina, mis hermanos iban y yo los veía y jugaba con ellos. Era parte de mi vida. Cuando me di cuenta ya era hadita.
-¿Cómo fue tu paso por las guías?
De las haditas no recuerdo mucho. Eran actividades ligeras, no había mucha exigencia. Obtuve mis insignias, abeja plateada, abeja dorada y la última fue el vuelo de la abeja.
Ya a los 10 años fui guía un rato, pero cuando tenía unos 12 empezaron a entrar mujeres a los scouts, sin ser secciones oficiales. Los dirigentes scouts no querían a las mujeres en sus grupos, pero los muchachos y las muchachas, ya sabes, sí queríamos convivir. En esa época mi grupo se deshizo y unas pocas compañeras y yo nos fuimos al grupo donde estaban mi papá y mis hermanos.
Nos empezamos a reunir bajo el sistema scout, pero como las secciones femeninas no eran oficiales cada quien se llamaba como quería. En nuestro caso las niñas más chicas eran las pioneras y las más grandes les decíamos exploradoras.
En aquel entonces los muchachos llevaban la famosa cartilla, era un libro pequeño pero bastante grueso, donde venían todos los retos a cubrir durante la vida scout. Y los adelantos te hacían scout de tercera, segunda y primera. Nosotras hacíamos lo que podíamos, porque era un sistema diseñado para hombres, pero a tropezones y jalones llegamos a tener muchachas de hasta segunda clase. Era complicado, no era un esquema apto para las mujeres.
-¿Cómo fue la transición del esquema guía al esquema scout?
Fue chistoso, los scouts siempre dicen que las guías se la pasan cosiendo y cocinando, pero no es así, también jugábamos al silbato y esas cosas. Y salíamos de excursión, hacíamos rapel, esas cosas no se perdían por ser mujer.
-Te tocó vivir una época de transición, era por llamarlo así, el final del machismo dentro de las instituciones educativas, el escultismo tenía que sumarse a los sistemas coeducativos, era inevitable, pero en ese momento al convivir por primera vez en una actividad educativa ¿cómo fue el intercambio de ideas entre ambos géneros?
Cuando mi grupo adopta a las mujeres seguíamos trabajando separados. Llevábamos actividades paralelas pero había secciones de puros chicos y secciones de puras muchachas.
Realmente convivíamos en ocasiones especiales, como las fogatas, que eran unas actividades maravillosas, porque además hacíamos representaciones y nos vestíamos, nos caracterizábamos, hacíamos escenografía, eran actividades muy padres.
-Entonces continúas tu vida como scout.
No, cuando yo tenía 14 años, la Asociación de Scouts de México prohíbe las secciones femeninas y cancelan todas las actividades. Entonces nos regresamos a establecer otro grupo guía, formamos la Tercera Compañía del Distrito Citlali. Abrimos y retomamos las actividades.
Entonces yo tenía edad para ser guía mayor. Pero por necesidades del grupo me mandaron a dirigir Guías Menores, chicas de 9 a 12 años.
* El esquema dictaba que las guías de 6 a 9 años se denominaban Haditas, de 9 a 12 Guías Menores, de 12 a 15 Guías Intermedias y de 15 a 18 Guías Mayores. Luego de esta edad se despedían de la vida de muchachas para hacerse Cadetes (dirigentes de sección) o retirarse a la sociedad civil.
-Es bien sabido que las mujeres maduran a edad más temprana que los hombres, en el esquema educativo se ve reflejado, sin embargo aún así no deja de ser impactante (para mí) que aún eras una adolescente cuando tenías a tu cargo un grupo de niñas, ¿qué significó esto para ti?
Fue bastante fuerte. A pesar de que hacía mis programas yo continuaba con mi adelanto como muchacha, me reunía con mi sección aparte. De hecho obtuve mi insignia terminal como Guía Mayor, la Barra Estrella.
Trabajar con sección fue muy bonito, igual la convivencia con las chiquitas, a esa edad te ven como a un ídolo. Se acercan, te platican, te quieren, cuando te ven llevar te abrazan. Fue e entonces un trabajo difícil, pero muy enriquecedor. 
Fue en parte demostrarme que se puede hacer.
-¿Qué pasó después?
Bueno, dejé un tiempo el guidismo, me casé a los 19 años con un scout. Me fui a vivir a Uruapan, mi papá ya se había ido apara allá 3 años antes. Él estaba en un grupo scout.
En donde había un grupo scout había un grupo de guías. Entonces empecé a trabajar con guías mayores, en la Primera compañía del Distrito Uruapan. Es esa época había hecho mi adiestramiento básico y recibí mi Certificado de Guiadora, el equivalente a la Insignia de Madera.
 
Con sus guías intermedias y un grupo de haditas
Luego vino una etapa de muchos cambios en mi vida. Me divorcié, comencé a hacer yoga en forma, luego conocí a Martín Ventura, mi segundo esposo, en un curso de panadería que tomamos en Coatepec. Tuvimos un noviazgo largo, más bien a distancia, de cartas, llamadas telefónicas y nos veíamos de vez en cuando, porque él estaba en Poza Rica y yo en Uruapan.
Luego me casé y vine a dar a Poza Rica. Entonces dejé el escultismo un buen rato, mientas me dediqué a las casa, a criar a mis hijos, me dediqué de lleno a la familia.
-Fue un cambio drástico pasar se Uruapan a Poza Rica.
¡El clima!, me tocó llegar un 22 de abril, justo cuando comienza el calor. De hecho yo no salía de la casa en todo el día. Martín trabajaba en el departamento de Reparación y Terminación de Pozos de Pemex, entonces salía todo el día al campo y yo me quedaba encerrada, solo salíamos en la noche, de hecho así conocí Poza Rica, éramos “buhitos”
Llegamos a la colonia 27 de septiembre, en la calle Nicaragua. De hecho Christopher nació ahí…
-Otro vuelco en tu vida
Otro cambio. Cuando te das cuenta tienes un pedacito de vida en tus manos y te preguntas “¿ahora qué hago?”. Además no conocía a nadie, sola en la casa y sin nada de familia. A la larga te das cuenta que es ahí donde el escultismo te sirve, sonríe en tus dificultades, todo lo que B-P nos decía ahí está presente de alguna manera.
Cuatro años después nació Salvador. Fue otra etapa. Desde que nació Christopher empecé a dar clases de yoga para gestantes, para ayudar a mis compañeros más que nada, porque no me dedicaba de lleno, más bien estaba ocupada en la casa y mis hijos.
Dos años después nació Joseph, ya entonces daba clases esporádicamente. Desde siempre a mis tres hijos les contaba historias de los scout, veían las fotos de mi padre y sabían que tenían un abuelo scout, que su abuela conoció a Lady Olave, todo era parte de su formación, entonces cuando supe rápidamente me dijo. Le pidió a su amigos los datos del grupo y al siguiente sábado estaba ahí, en el Grupo 1 de Poza Rica. Por aquella época se reunían en el campo de la María Enriqueta.
Ingresé como mamá, pero ya sabes, una vez scout, siempre scout. Primero sólo dejaba a mis hijos y me iba a hacer otras cosas, pero después prefería esperarlos, conocí entonces a los demás padres y a los jefes. Fue entonces que le hablé con Marlene Franco Paredes, quién trabajaba con la manada, le dije mi nombre y le enseñé mi certificado de guiadora, y le expresé que era guía y quería regresar al escultismo, si podía apoyar en alguna sección me gustaría hacerlo.

En su periodo como Jefa de Grupo entregando su
pañoleta al Jefe de Manada Víctor Paz

 Le preguntó a Lino Gerardo González Calvillo, el jefe de grupo, y me aceptaron en la Tropa de Expedicionarias, que era la sección que equivalía a la edad de las Guías Mayores, con la que había trabajado antes. Sólo les pedí que me dejaran asistir con mi uniforme guía hasta que me entregaran la pañoleta del grupo.
Tiempo después pasamos por una época difícil en el grupo, Lino y varios scouters se fueron, llegaron dirigentes nuevos y miembros del Clan de Rovers apoyaron en trabajo con sección.
Pero siguieron las dificultades y por un lado se desintegró la tropa de expedicionarias y se fue el jefe de expedicionarios. Entonces decidí pedir la oportunidad de quedarme con la sección, de momento no aceptaron, pues en ese entonces no estaba permitido que una mujer dirigiera una sección de hombres.
Fue la primera vez que trabajé con muchachos, al principio fue difícil, porque los muchachos eran renuentes a trabajar con una mujer, pero después se fueron, casi todos por causas de estudio, y me quedé con uno solo, luego empezaron a llegar más, unos que pasaban de tropa y otros nuevos. Y de ahí para acá logramos un trabajo armónico de varios años.
Después trabajé con ambos géneros, muchachos y muchachas, no era oficial pero tuvimos que adaptarnos a la situación.
-Bueno, aunque no estuvieran aceptadas las secciones coeducativas, ya era un paso que se veía venir, era irreversible, quien lo niegue no sabe lo que dice. Pero bueno, luego fuiste jefa de grupo.
Sí, fue durante esa crisis, nos quedamos sólo cuatro jefes y la única que cumplía con los requisitos para ser jefa de grupo era yo. Tomé el cargo, pero nunca dejé de trabajar con la sección.
-Entonces eras jefa de sección, de grupo, ama de casa, maestra de yoga, madre de familia, ¿qué pasó en tu vida?
Te das cuenta de que todo lo que aprendes en el escultismo lo puedes llevar a tu vida diaria, todos los días, en todo momento. Debes tener siempre presentes los principios y las virtudes scouts y apoyarte en ellos.
-Hagamos un juego, yo sé que tú aprendiste la ley scout de un modo diferente a los scouts, resumían todo en una sola palabra. Vamos a enumerarlos y en cada uno me dices una experiencia o ejemplo de cómo los utilizas en tu vida diaria.
-Honor,
Es lo que soy, lo demuestro en todos los aspectos de la vida. Cumplir con la promesa scout.
-Lealtad,
Serlo a lo que dices y a los que haces. El trabajo en sí es un templo, debes serlo tanto a los de abajo como a los de arriba en un escalafón.
-Cortesía,
Al enseñarle valores a mis hijos. Cada palabra. En mi caso fue muy enriquecedor, tengo tres varones y a cada uno les enseñé como ser hombres, incluso en los detalles de cortesía, cederle el paso a una dama, mover su silla, cosas que no tiene que enseñar y te ponen en el lugar donde estás.
-Amistad,
Es el valor más importante. Trato de serlo en todo momento, con mi compañero se ha dado, incluso con mis hijos, con sus limitaciones, pero hay amistad, para mí ese es un punto muy importante
-Nobleza,
Se da en cada paso que das, ser noble con humildad, es el punto al que tienes que llegar, además nivelarlo, para no llegar al servilismo por un lado un a la soberbia por otro.
-Naturaleza, 
Junto al busto de Lady Olave en la
Casa Guía Nacional

En mi vida de casados ha sido algo muy importante, a mi compañero le gusta la naturaleza, desde siempre hemos aprovechado cualquier oportunidad para ir al campo, la playa. A nuestros hijos los llevábamos desde pequeños a que tuvieran esta convivencia con su entorno, les inculcaba que experimentaran, hacían figuras con piedras, conchas, en general vivir en la naturaleza, para que así aprendieran a respetarla. Y fíjate qué curioso, Christopher es biólogo.
-Utilidad,
Tienes que servir para algo, pero no servirte de. Dar, pero valorar, lo que tienes, lo que haces.
-Alegría,
Con los hijos uno pasa de todo, enfermedades, sinsabores, y tienes que estar bien y firme, me ha servido muchísimo en ese sentido.
-Ahorro,
¡Caray!, con tres hijos tienes que saber manejar todo esto. Pagaba colegiaturas, registro, uniformes, salidas, tu sabes que ésta no es una actividad económica.
-Pureza,
Ser transparente, en la medida de lo posible, que mi sí sea un sí y mi no sea un no. Que tus verdades sean verdades.
-Hasta dónde ha permeado esto en tu vida profesional. 
Entregando una promesa guía

Siempre ha estado ahí. Cuando no estuve en un grupo seguí siendo scout. Los principios, las virtudes, que son 3 monstruos, pero te pueden ayudar si los usas para apoyarte.
-Alguna vez le dije a mis muchachos que los principios son como nuestras piernas, pero las virtudes son nuestros bastones, tienes que usarlos para apoyarte a caminar, no para cargarlos.
Así es, ¡imagínate si quisieras cargar la abnegación!
-Fuiste jefa de grupo en el cincuenta aniversario del grupo.
Y fue una revuelta en el distrito. Pero afortunadamente tuve el apoyo de los demás scouters del consejo. Y aunque con algunos problemas, logramos sacar una gran actividad.
-Luego cambiaste al Grupo 2
No. En realidad un tiempo después me alejé del escultismo, estuve aproximadamente fuera un año. Mis hijos, ya en tropa de scouts y expedicionarios decidieron irse al Grupo 2. Yo los acompañaba y ocurrió otra vez una historia similar. Mario Vargas Luna se quedó sin scouters y me ofrecí a apoyarlos. Desde entonces estoy con la Comunidad de Caminantes (muchachos de 14 a 18 años).
­­-Has tenido la oportunidad de jugar al escultismo en otra época, ¿de lo que tú viviste qué te gustaría que los muchachos de hoy también experimentaran?
Que hagan el escultismo parte de su vida. Que sean scouts todos los días, tengan presente a B-P, que conozcan la vida de los scouts famosos, de los precursores del movimiento en Poza Rica, sepan quien fue Alberto Thompson, Pedro Vargas, y los hagan parte de sus vidas.
Me gustaría un día ver a los muchachos en el autobús, un día entre semana, que canten una canción scout con sus amigos.
-Todos los scouts generalmente tenemos un momento, un jefe y un muchacho que recordamos en especial. Sé que tienes una experiencia bastante amplia, te voy a poner en apuros, pero quisiera que me mencionaras 3 momentos, 3 jefes y 3 muchachos muchachos que hayan influido en tu vida de modo significativo.
-Tres jefes,
Mi jefa en las guías, Martha Hernández, me enseñó a poner siempre la convivencia sobre la competencia en el escultismo. Mi padre, me enseñó a ser scout en todo momento, de hecho conservo una foto scout de él. Y Beto (Alberto Lima Juárez), un gran apoyo y con quien conservo hasta ahora una gran amistad.
-Tres momentos
Cuando recibí mi Certificado de Guiadora, estaban presentes todas mis muchachas, fue muy significativo porque fue algo que hice por ellas. Cuando terminé mi curso de adiestramiento básico, el momento en que me entregaron mi cuero para hacer mi nudo de Gilwell. Y cuando cambié mi uniforme de guía por el de scout y mi pañoleta del Grupo 1. 
Con sus muchachas guías

-Tres muchachos
Laura Ivonne García Hernández, fue mi expedicionaria, luego mi precursora (clan femenino), aún conservo una buena amistad con ella. Julio César Rosas Caro, un chico muy entregado, también fue mi expedicionario, tengo muchas experiencias muy padres con él.
Y una guía, también se llamaba Ivonne, en ejemplo de entrega. Ella estaba por cumplir 15 años cuando se suscitó el terremoto de la Ciudad de México, ya tenían todo listo para la fiesta. Cuando ocurrió la tragedia ya no quiso celebrar. Ella fue personalmente a servir la comida de su banquete para los damnificados. Ella tenía poco tiempo en el grupo, pero el mensaje guidista le llegó fuerte. Desde entonces es una mujer muy recta. Vive en Oaxaca.
Y bueno, serán cuatro muchachos, también dedo mencionar a Alma Lidia Ortiz Peyón, que fue mi mejor amiga. La conocí en una actividad del nivel zona Valle de México y desde entonces tuvimos una gran amistad.
Ramón Rosas Caro
Patrulla Pumas 1991-1996
G-1 Poza Rica

viernes, 10 de febrero de 2012

La buena acción diaria, espíritu del escultismo

(Una entrevista con el Pbro. Juan Jaime Suarez Silva)

“Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti.”
San Agustín

La buena acción diaria es la enseñanza principal que el escultismo brinda a los muchachos que practican este gran juego, ya que les ayuda a estructurar sus valores y a dar sentido a sus vidas. Así lo ve Juan Jaime Suárez Silva, párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, mejor conocido por la sociedad pozarricense como el Padre Johnny.
A lo largo de su vida se ha caracterizado por ser un sacerdote distinto a la generalidad. Sus acciones dentro de la comunidad como la defensa de los grupos indígenas y la denuncia pública de los problemas sociales le han traído como consecuencia contrariedades al interior de la organización eclesiástica y críticas de algunas personas, sin embargo el servicio al prójimo y la congruencia de sus actos con el discurso son valores que nadie en su entorno pone en duda, por el contrario se le reconocen.
Es un visionario dentro de la iglesia, sus programas parroquiales son ejemplo a seguir dentro del sufragáneo. Desde 30 años atrás desarrolla el programa de Nueva Imagen de Parroquia (NIP). Asimismo ha rescatado el sistema de Iglesia en Casa, con lo que ayuda a integrar familias dentro de la iglesia católica a través de grupos de oración y la catequesis desde el hogar.
Firme en sus convicciones defiende los principios del catolicismo aunque no así todos sus dogmas, reconoce los pecados de la iglesia y trabaja por el rescate de la fe. Controvertido por expresarse repetidas veces en contra del voto de celibato, por exigir congruencia a los miembros de la iglesia que se ven inmiscuidos en situaciones que degradan la imagen de la misma.
Es también un actor que se ha codeado con estudiosos de teología, filosofía, sindonología y personajes emblemáticos de la sociedad desde el nivel local hasta el internacional.
Por otra parte es fanático del beisbol desde niño, dentro de su trabajo es promotor del deporte, es dueño del equipo Torpedos de la liga local de softbol “El Festivalazo”, asimismo lleva a efecto un programa de cuatro carreras atléticas al año, La Guadalupana, Pascua, Sagrado Corazón Cristo Peregrino y San Miguelito (clasificatoria para la carrera internacional de Edimburg) que en 2012 cumplen un cuarto de siglo.
Al ingresar a su casa se entra a su universo, un cuarto con una imprenta equipada en el centro, cuatro paredes tapizadas de fotografías recuerdos de sus viajes, en una resalta a la vista el saludo de mano al Papa Juan Pablo II y mesas apiladas de libros y libretas donde guarda por una parte el conocimiento para consultar y por otra su remembranzas vitales.
A los 72 años de vida reconoce en el escultismo el motor de su trabajo como sacerdote y en general de su formación personal. Mantiene una relación estrecha con su familia y amigos. No pierde oportunidad para agradecer al Creador la oportunidad de oficiar misa diariamente en la misma parroquia que lo vio formarse como scout, como hombre y como sacerdote.
Juan Jaime con Noé Castelán Benavides
y Gustavo Monzón, el 15 de septiembre
de 1951, día del abanderamiento oficial
del Grupo 1 de Poza Rica.
-¿De dónde viene Juan Jaime?
Nací en Norman, Oklahoma, Estados Unidos, el 30 de mayo de 1940. Tengo un hermano mayor, José Jesús (Joe), y dos hermanas, Graciela y Ana del Carmen (Carmina). Mi padre, José Jesús Suárez Sánchez, venía de Ciudad del Carmen, Campeche, y era ingeniero petrolero, trabajaba para el departamento de perforación de Petróleos Mexicanos. Mi madre Juana Silva Balcázar es de Puerto México (Coatzacoalcos).
Llegamos a Poza Rica en 1942 y medio. Vivimos en el Interior del Campo, donde se hallaban entonces los técnicos de Pemex, hasta que se accidentó y falleció mi padre, el 27 de febrero de 1945, en el Pozo 48, donde está ahora la Plaza Crystal. Mi madre quedó viuda a los 33 años con nosotros cuatro. Como mi papá era de confianza no tenía los mismos derechos que los sindicalizados. Mi abuelo la ayudó a pelear por un puesto de trabajo para ella, el que consiguió gracias al apoyo del entonces superintendente Jaime J. Merino, en 1949.
Mientras tanto nos mandó a vivir con la familia a la Ciudad de México, donde estuvimos hasta 1948, cuando nos mudamos a Tulancingo, Hidalgo.
Luego, en 1949 volvimos a Poza Rica, ya mi madre tenía trabajo y nos instalamos en la Col. Aviación Vieja. Ahí viví hasta 1953, cuando me fui al Seminario. Fui alumno de la escuela María Enriqueta (primaria).
-¿Cuando conociste el escultismo?
Mis hermanos y yo tuvimos la oportunidad de conocer el movimiento scout durante nuestra estancia en la Ciudad de México, donde participamos en algunas actividades con el Grupo 4 que dirigía Mr. Robinson. Luego en Tulancingo pertenecimos a Grupo 1 de esa ciudad, cuando apenas se empezaba a formar.

Manada del Grupo 1 de Poza Rica en 1950, al centro el Jefe Alberto Thompson Valero

Pero fue en Poza Rica donde viví el escultismo gracias a Alberto Thompson, un excelente varón que dedicó su vida a la educación de la juventud en Poza Rica, en un momento importante, porque la ciudad era una selva, donde no teníamos buenos niveles educativos, había como mil cantinas y solamente cuatro escuelas.
Poza Rica era una ciudad producto de la violencia, el desamor, el egoísmo, la ambición. Por eso fue tan importante su labor con el Grupo 1 de Poza Rica. Fue una acción fuerte, significativa y valiosa para la ciudad. Gracias a su espíritu los scouts hemos logrado superar una serie de adversidades muy grandes.
Fui lobato miembro de la seisena azul. Hice mi promesa en 1950, antes del abanderamiento oficial del grupo en el campo Jaime J. Merino (15 de septiembre de 1951). Mi hermano es 3 años mayor que yo, él ya era scout antes que yo, estábamos chavalillos pero ahí andábamos.
Nuestras reuniones eran en la calle Panamá, en una cuartería que le pertenecía al Sr. Quezada, ahí vivía Alberto Thompson con su familia. Era la última calle de Poza Rica, al fondo de la avenida Benito Juárez
-Entiendo entonces que decidiste ser cura mientras pertenecías al grupo scout.
Así es. En aquella época el Padre Guillermo Vogues era el capellán del grupo y yo era su monaguillo, junto con otros dos scouts.
Juan Jaime (Johnny) con su hermano José Jesús (Joe) y
Tito Espinosa, 15 de septiembre de 1951
En 1953, cuando estábamos por terminar la primaria el Padre nos invitó a continuar por el camino del sacerdocio a los tres, nos dijo –oigan ratones, ¿les gustaría entrar al seminario-, yo le pregunté qué es eso, en aquel momento no teníamos ninguna idea de lo que ello significaba. Entonces nos dijo –es para que sean sacerdotes-, ¿así como usted?, le contesté. Si es así me voy mañana.
Así de fuerte era la imagen que teníamos del cura.
-Estuviste relativamente poco tiempo en el grupo, unos tres años, pero ¿qué te deja la actividad scout para la vida?
Ser scout es para mí un valor básico. El escultismo es algo muy hermoso. Es un lugar donde aprendes a amar la vida, a respetar la naturaleza. Te enseñan un estilo de vida que se puede resumir en algo muy simple, “hacer una buena acción diaria”, es algo maravilloso. Hacer esto le ayuda a uno a lograr estructurar una personalidad basada en valores, en sueños, a formar el propio ser, finalmente a concebir una vida con sentido y objetivos.
El escultismo es pionero en la aportación de acciones para mejorar el nivel de vida de la gente. Por eso debemos pedir a Baden-Powell (Robert Stephenson Smyth-) que siga conservando en un núcleo o espacio el sentido y valor del ser scout.
¡Scouts siempre listos!
-Entonces a los 13 años decidiste irte al seminario.
Ahí estuve, hasta que en 1964 el Obispo Alfonso María Sánchez Tinoco me entregó mi ordenación y consagración, eso fue el 8 de febrero.
Doy gracias al Padre del Cielo porque soy privilegiado por tener la oportunidad de celebrar misa todos los días en el mismo lugar donde recibí mi ordenación y poder servir al mismo pueblo en camino.
-¿Influyó la formación scout en la elección de tu camino de vida?
Sí, es que desde ahí me enseñaron a servir al prójimo, cómo te decía, con la buena acción diaria, es algo que no en cualquier lugar te enseñan. Solamente alguien que tiene interés en darte valores esenciales para todo en la vida. Como mi hermano también era scout, en la casa se hablaba de escultismo todos los días.
El escultismo me ayudó a construir una buena base de vida, como debe ser, cuando tienes eso puedes hacer lo que quieras. Muchos de los problemas de la sociedad se deben al deterioro de estos valores en la gente.
Además me tocó tener una madre hermosa, el 27 de enero cumple 100 años. Fue una Mujer firme, sólida, quedó viuda a los 33 años y trabajó para sacarnos adelante a los cuatro, fue una dama de mucha lucha. Mi abuela también colaboró en nuestra educación.
Por todo esto agradezco al padre celestial haber tenido la oportunidad de tener todos estos elementos en mi formación.
-Algo que te caracteriza es ser un sacerdote liberal, por decirlo de algún modo, es decir tienes discurso e ideas frescas, apropiadas para nuestro aquí y ahora.
Voy al día, estudié en el seminario de 1953 a 1964. ¡No me puedo quedar en el 64!
En 1956 estudié filosofía en Puebla y en 1959 estuve con otros 430 estudiantes en Estados Unidos. En 1963 regresé a La Guadalupe, en Costa Esmeralda, ahí estuve hasta el 8 de febrero de 1964, cuando me entregaron mi consagración y me enviaron de servicio a Tecolutla.
El 5 de septiembre de ese mismo año llegué de vicario parroquial a Tlapacoyan, de 1966 a 1975 fui formador en el seminario. Ese año renuncié para ser el pionero en evangelización bilingüe en la Sierra Totonaca. Leía el kerigma en español y cuatro indígenas a los que había capacitado lo leían en totonaco. Así recorrí Entabladero, Coyutla, Espinal, Coxquihui, Zozocolco. ¡Imagínate, me sentía en naciones unidas!
Pero este trabajo le molestó al entonces obispo y en 1976 me mandaron a Colombia, me consiguió una beca y me sacó del país. En aquella época recorrí Ecuador, Perú, Chile, todo Sudamérica excepto Brasil.
En 1977 regresé a Poza Rica con un grupo evangélico, cuando estaba en espera de mi próxima misión el Obispo me mandó como párroco de esta ciudad. Así que llegué de faul el 5 de junio de 1977, y ahí estoy desde entonces.
Ahora tenemos más de 30 años de esfuerzo pastoral serio en servicio del pueblo en camino a través del programa NIP, el pasado 26 de noviembre se giró la instrucción de repetir este proyecto diocesano en las 55 parroquias.
-Supongo que hay un dejo de escultismo en esto
¡Con eso, qué más necesitas!
-Me ha llamado mucho la atención tu programa de grupos de oración, has logrado que muchas personas integren a su vida el estudio de la biblia, es decir, sacar la iglesia del templo y llevarla a la casa.
Se llama “iglesia en casa”, en el siglo V San Pablo lo comenzó a desarrollar, se trataba de crear interés en las familias por la oración. Y esto es precisamente lo que necesitamos para recuperar la casa como un espacio pastoral.
En esta iglesia ya no hay catequistas. Cuando un niño quiere hacer su primera comunión viene con sus padres y ellos se comprometen a prepararlo, ahora tenemos 56 familias. Esto lo hacen de octubre a junio. Así ayudamos a dotar a los niños de bases para el futuro. Porque son los padres quienes deben hablar de Dios a los hijos.
Siempre he estado al día. Mi madre, la iglesia, es pecadora, se ha prostituido, pero es muy santa. Tiene esa dualidad. Por eso tenemos que hacer estos esfuerzos, para volverla al camino.
-En otro tema. Eres promotor del deporte.
Así es. El pasado 4 de diciembre la carrera Guadalupana cumplió 25 años. Y este año también cumplirán sus bodas de plata las carreras de Pascua (8 de abril), Sagrado Corazón Cristo Peregrino (6 de junio) y San Miguelito (29 de septiembre), que es clasificatoria para Edimburg.
Y en este punto le agradezco en el alma al Grupo 10 (de Poza Rica) su presencia cada domingo en actividades permanentes. Ellos han ayudado a dar fuerza y prestigio al programa de carreras de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Aparte soy dueño del equipo torpedos del torneo de softbol local “Festivalazo”. Me gasto mis centavos en pagar la temporada.
Siempre he sido aficionado del beisbol y ahora de mayor del softbol, desde niño, yo creo que mucho tuvo que ver que a unas cuadras de mi casa se jugaban los partidos de la liga de invierno y allá me iba a mirar los juegos.
También voy cada año a ver la Serie del Caribe. No falto desde 1995.
Al momento que abre una libreta me da a leer un texto en el que Ernesto Jerez le escribe un saludo para Poza Rica. Un par de minutos después hace sonar en su teléfono celular la voz del comentarista con su frase más famosa “¡no, no no no no, díganle que no a esa pelota!”
Tengo dos libretas llenas de testimonios de estos viajes. El deporte me ha dejado muchas satisfacciones y experiencias. Siempre trato de combinar lo espiritual con lo humano. Es decir ser integral.
-Veo entonces que por una parte ayudas a la gente a alimentar su fe y por otra a mantenerse sanos de cuerpo, pero ¿cómo alimentas tu espíritu?
La Biblia es algo extraordinario. La conocí cuando tenía 7 ú 8 años, estaba en el grupo de catequesis de la catedral de Tulancingo. Tuve una excelente catequista. A esa edad ya me sabía todos los profestas, mayores y menores. Fue un despertar impresionante. Desde ahí empecé a amarla y apreciarla.
Juan Jaime y el Papa Juan Pablo II
En aquel entonces la Biblia se enseñaba como cualquier libro, por los autores, capítulos, etcétera, y se dejaba el mensaje en segundo lugar. Hoy hemos buscado  es recuperar esta esencia y hemos tenido muy buenos resultados.
En el nivel nacional tuve la fortuna de representar a la diócesis de Papantla en una comisión episcopal nacional sobre pastoral bíblica durante 15 años. Entonces tuve la oportunidad de codearme con los mejores biblistas del mundo. Tendría que ser muy burro para que no se me pegara algo. Entonces viene una reinterpretación de la misa, es una asamblea que se actualiza constantemente, se entiende que para vivir la fe de manera activa tenemos que retornar a la profecía, la promesa mesiánica, su cumplimiento en la persona del nazareno y la actualización de la última cena. Esa es la gran distinción que trae la Biblia.
-Tengo una buena relación con varios sacerdotes que me han platicado que tú apoyas algunas causas que a veces las cúpulas de la iglesia no quieren respaldar del todo.
Tengo tres años castigado por eso.
-a pesar de eso hay cosas que no puedes ignorar
Es el ejemplo del padre Vogues, él llegó a Poza Rica cuando esta era una ciudad en construcción, donde había llegado también lo peorcito de la sociedad mexicana. Incluso hubo masones fundamentalistas que atentaron contra la iglesia. El masón de antes era fanático.
-todos los fanatismos son malos, incluso me he encontrado fanáticos católicos y fanáticos scouts.
Claro. Además es una forma de tapar la ignorancia que se tiene.
En 1985 tuve una experiencia muy fuerte. Estaba en Puerto Rico en un encuentro de coordinadores del programa NIP cuando ocurrió lo del terremoto de la Ciudad de México. Tenía un hermano en México y te puedes imaginar la tragedia de no saber nada. Las comunicaciones cortadas.
El cardenal Luis Aponte Martínez me buscó porque sabía que yo era un cura mexicano, me dijo que no había podido comunicarse con el cardenal Corripio, de México, para mandarle un apoyo fuerte y me pidió el favor de llevarle un  cheque. Acepté. Llegue de tarde al Distrito Federal y pedí una audiencia que me dieron para el día siguiente en la mañana.
Ramón, eran 250 mil dólares, ¡me quería ir con el cheque! (rió con estridencia)
-bueno, todos somos humanos y susceptibles a tentaciones (continuaban las risas)
Bueno, me recibió y agradeció a nombre de la iglesia. Me invitó a comer, pero yo ya tenía una cita con una novia. El cardenal hasta peló los ojos cuando se lo dije. Pero era una amiga con quien había estudiado la primaria.
Pero ese día me regaló un libro que acababa de publicar el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos. Fue como una luz. Tú puedes mirar a Guadalupe desde el punto de vista clásico mexicano como una devoción o una necesidad más, como una dama que te va a cumplir milagros si se lo pides con fe. Pero esa estampa tiene raíces profundas. Tenochcas.
-sé que es una imagen compleja
Pero si no tienes los elementos básicos. Lo que es un tilmatli, un amoxtle, el significado de Ometeotl, estás perdido. Ahí me cayó el veinte, desde entonces cada día 12 de mes ofrecemos una conferencia o una charla donde hablamos sobre un tema de la imagen desde el punto de vista de la cosmogonía náhuatl.
-Y volviendo al punto ¿por qué te castigaron?
Por denunciar la situación social de los pueblos de la diócesis y la falta de trabajo por parte de la iglesia, pero ya el 24 de marzo se acaba.
-¿Te ha afectado?
En el fondo no, tengo muy buenos asesores, de hecho hasta me ha servido.
-Cuando me platicaste sobre tu decisión de irte al seminario me vino inevitablemente una imagen, cómo si la historia se repitiera, en este sentido ¿compartes cierta identidad con el Wame (Luis Gerardo Garcés Amaro, muchacho del G-10 PR)?
Está metido, tiene características y cualidades básicas para ser sacerdote, sólo es cuestión de que se vaya educando. Es como un diamante, hay que irlo afilando y puliendo.
Tengo mucha cercanía con su familia, es mi ahijado número 92
-me llama la atención que lleves la cuenta
Sí, tengo 96.
Él está muy pegado conmigo. Y procuro crearle actividades donde él vaya viviendo experiencias de la fe. Es parte de un proceso educativo. Entonces hay que cuidarlo mucho, porque está sometido a muchas presiones, sociales sobre todo, así que hay que procurarlo para que su desarrollo sea siempre ascendente. El Obispo (Jorge Carlos Patrón Wong) lo aprecia mucho.
-Viviste el escultismo en una época diferente, ¿qué experiencias viviste que te gustaría que los muchachos scouts de hoy también conocieran?
Es a nivel familiar. En mi casa se respiraba escultismo. Como te dije, mi hermano Joe ya era scout, es tres años mayor que yo, entonces estaba en la tropa. En el hogar siempre vivimos un ambiente de pañoleta, borlas, uniformes. Platicábamos de campamentos. Todo esto ayudó a crear un ambiente de escultismo y familia. Se podía cultivar el escultismo sano. Las mujeres apoyaban. Eso me gustaría que vivieran los scouts de hoy.
Ahora es difícil, los padres andan en lo suyo, los hijos igual. Y esto genera una dispersión familiar.

Ramón Rosas Caro
Patrulla Pumas 1991-1996
G-1 Poza Rica